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martes, 7 de mayo de 2013

La agonía de Madre de Dios: minería informal lleva muerte a reserva natural

LA AGONÍA DE MADRE DE DIOS
MINERÍA INFORMAL LLEVA A MUERTE A RESERVA NATURAL
La Reserva Nacional de Tambopata de Madre de Dios se encuentra bajo el devastador ataque de la minería informal, la cual ha llevado la muerte a extensas áreas de flora y fauna con la complicidad de autoridades como el Presidente de la Corte Superior de Madre de Dios, John Rosel Hurtado Centeno, quien es nada menos que un minero dedicado a esta ilícita actividad. El Primer Ministro Juan Jiménez se comunicó con Panorama y anunció medidas al respecto.

  • La extracción ilegal de oro está transformando el Amazonas peruano
  • Donde había selva virgen ahora hay cerros pelados y contaminados
  • La carretera Interoceánica salpica el bosque de paupérrimos poblados
  • Los mineros, los empresarios y las prostitutas hacen su particular agosto



Crecer al 6% anual, aumentar el PIB per cápita, hacerse rico. Esos son los sueños de miles de peruanos a los que el progreso está trasladando desde las zonas altiplánicas de Puno y de Cuzco hasta la selva amazónica. Buscan oro.
Hace poco más de un año que se inauguró la Carretera Interoceánica, la conexión vial más importante entre el Océano Atlántico y el Pacífico de Sudamérica. Casi 3.000 kilómetros de carretera que costaron casi 3.000 millones de dólares y que atraviesan la selva amazónica de cabo a rabo. Después de muchos años de negociaciones y de atrasos las mercancías brasileñas por fin tienen una salida al Océano Pacífico.
Sin embargo, no transitan demasiados camiones brasileños en dirección a las esteparias playas peruanas. Más bien es al revés. Un batiburrillo de personajes recolonizan la selva para ganarse el pan de cada día. Hace años que la lucha por la tierra, la Reforma Agraria y el debacle de la agricultura peruana obligaron a miles de jóvenes campesinos a emigrar a la selva en busca de un futuro mejor. La tala de árboles se convirtió en un lucrativo negocio.

Mirar hacia otro lado

Con cada vez menos árboles que talar los nuevos habitantes de la selva se están dedicando a la explotación artesanal del oro, un metal cuyo valor se ha ido incrementando exponencialmente con el transcurso de los años. Gracias a la Carretera Interoceánica, el 'progreso' ha llegado de golpe y porrazo a uno de los lugares más recónditos y protegidos de La Tierra.
"Un buscador de oro gana, como mínimo, 300 soles al día (unos 100 euros). En tres días de trabajo ganas más de lo que cobras en cualquier otro sitio. En dos semanas has recuperado el capital que necesitas para empezar", comenta Juan Ortega, uno de los guías que transporta turistas por el Río Madre de Dios.

"Muchos de mis amigos del liceo se dedican a sacar oro de manera ilegal. Saben que no está bien, pero aparte del turismo aquí hay poco más que hacer…", añade Ortega. "Los políticos y la policía no dicen nada porque reciben dinero de los buscadores. De vez en cuando encuentran a alguien extrayendo oro y le queman sus pertenencias, pero en unos días está otra vez trabajando en el río", advierte el guía turístico.
La fiebre del oro y el turismo amazónico han hecho que Puerto Maldonado, la capital del departamento Madre de Dios, sea la ciudad más cara de Perú. Todo cuesta el doble. La única carretera asfaltada es la Interoceánica. No hay alcantarillas y los servicios son mediocres. Sin embargo, hay que pagar más por menos. El Parque Nacional Tambopata y El Parque Nacional Manu, Patrimonio de la Humanidad, así lo ameritan.

Veneno en forma de mercurio

La extracción de oro está poniendo en riesgo a los jaguares, a los loros, a las pirañas y a los tucanes. El mayor problema de la minería informal es el uso de gran cantidad de gasolina diésel para echar a andar los motores que remueven el fondo fluvial y, sobre todo, el mercurio para concentrar el oro. Es un procedimiento barato, simple, rápido y efectivo. El metal noble se adhiere al mercurio hasta formar una amalgama pesada que luego es fácilmente separada de otros minerales. Un proceso dañino para la salud.
Entre los efectos nocivos del mercurio figuran graves daños neurológicos, además de la deformación fetal cuando la víctima de la intoxicación es una mujer embarazada. Según la organización Mercury Watch, las pequeñas explotaciones mineras de oro son las responsables del 35% de las emisiones mundiales de mercurio, lo que equivale a unas 727 toneladas al año.
La última investigación del Carnegie Amazon Mercury Ecosystem Project (Camep) revela que tres de cada cuatro personas, es decir, el 78% de los habitantes de Puerto Maldonado, registran niveles de mercurio por encima de lo permitido según los estándares internacionales.
El estudio, llevado a cabo entre enero y agosto del 2012, demostró que el nivel de promedio de mercurio en las personas es de 2,7 partes por millón (ppm), casi tres veces más por encima de lo establecido (1ppm). Canemp precisó que los niveles de mercurio oscilaban entre 0,02 ppm a 27,4 ppm.

Desiertos en la selva

Otro dato alarmante es el nivel de mercurio en las mujeres en edad fértil (entre 16 y 49 años), quienes tienen en promedio tres pm de mercurio. Esta población es uno de los grupos de mayor riesgo, ya que en caso de quedar embarazadas el mercurio podría ser transferido al hijo.
Por cada kilo de oro que se pretende extraer se necesitan 2,8 kilos de mercurio. De acuerdo con el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), se han vertido más de 67.000 kilogramos de mercurio en los ríos de Madre de Dios. Las emisiones de mercurio de la minería de oro artesanal en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú están entre las más elevadas del mundo.
La minería informal está transformando Madre de Dios. Lo que antes era selva verde ahora son cerros pelados y contaminados. Mazuco, a cinco horas de Puerto Maldonado por la carretera asfaltada, se ha convertido en un centro comercial en mitad de un desierto que antes era selva.

Debilidad del Estado

A las afueras de esta ciudad con nombre de colono japonés, y cruzando el río, se halla Huepetuhe, el núcleo aurífero más importante. En el pequeño pueblo hay un gran numero de establecimientos de compra de oro, tiendas de repuestos para equipos pesados, cantinas, y prostitutas, muchas prostitutas adolescentes. No hay agua ni luz, pero a nadie parece importarle. Unas cuantas familias de caciques mueven millones de dólares.
Esta vez, el desastre medioambiental no lo han causado las malvadas empresas extranjeras. Son los propios peruanos los que están destruyendo la selva amazónica. La presencia del Estado es muy débilen esta zona plagada de parques naturales. La policía ha tratando de impedir la compra de oro ilegal, de mercurio y de diésel, pero ninguna táctica funciona. El oro puede con todo.
El metal precioso que se vende en el exterior sigue extrayéndose sin control. De vez en cuando hay robos, tiroteos y manifestaciones. Como por arte de magia aparecen miles de mineros que estaban escondidos en la selva y que reclaman sus derechos como trabajadores. El oro les permite vivir un poco mejor. (Fuente Panorama y El Mundo)

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